Hace unos días se hizo pública la intención de Konica-Minolta de abandonar la producción de cámaras fotográficas y centrarse en los productos ofimaticos. Parece ser el signo de los tiempos, desaparecen empresas caracterizadas por la calidad de sus productos pero que no han sabido o no han podido adaptarse a las nuevas situaciones de un mercado convulso, como es el de la fotografía.
Deduzco que esto afectara también a las líneas de productos ópticos y por consiguiente desaparecerán los excelentes objetivos Minolta, protagonistas de mi estreno en el mundo de las cámaras reflex, que tantas alegrías me han proporcionado. Durante muchos años Minolta fue uno de las "cinco grandes" marcas niponas de fotografía que mantenían el tipo, en cuanto a calidad, frente a las fabulosas (y caras) ópticas alemanas de Zeiss y Letiz y que provocaron al fin la debacle de la producción germana de aparatos fotográficos con la desaparición de firmas como Voiglander o Rollei y la presencia testimonial de las dos anteriores y siempre colaborando con firmas japonesas (Zeiss con Kyrocera y Leitz con la propia Minolta). Fue la primera gran extinción, de productores de cámaras reflex, que yo recuerdo. Parece que estamos viviendo la segunda en estos momentos.
Lo que son las cosas las casas germanas supervivientes , Zeiss de la mano de Sony y Leitz de la de Panasonic, han encontrado un hueco cómodo en el mercado digital. Es difícil sobrevivir cuando Samsung es uno de los principales vendedores de cámaras fotográficas y el mercado de calidad, al menos con los precios actuales, no da para tantos productos incompatibles entre si. Supongo que el camino emprendido por Minolta será recorrido por otra u otras de las grandes marcas históricas de la fotografía (Pentax no parece tener voluntad de lucha por el mercado de las reflex que Kodak abandono no hace mucho, por ejemplo), desplazadas de la producción de cuerpos por las grandes empresas de electrónica (Sony, Panasonic, etc) y sin mercado natural para sus excelentes objetivos. La ventaja parece que la han tomado Nikon y Canon, con sus sistemas propios asentados y respaldados por su dilatada experiencia en fotografía y un éxito comercial notable, aunque Olympus parece haber decido dar la batalla tras un importante éxito en el segmento de las compactas.
De todas formas no puede uno menos que apenarse de ver desaparecer a una firma que tanto ha innovado y que tan buena calidad ha ofrecido siempre. Pena que se agrava por las diversas noticias (1) que indican el fin irremediable de la fotografía química, relegada a usos científicos y especiales, nostálgicos, coleccionistas y maniáticos de la extrema calidad de la imagen. Esperemos que alguien nos surta al os coleccionistas del necesario materia para probar nuestras cámaras y no sean meros objetos decorativos.
En fin, un adiós a Minolta, gracias por sus grandes objetivos (¡Ah. esos MD Rokkor....!) y un adiós a todo un concepto de fotografía, que se nos muere rápidamente.
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(1). Nikon anuncio también el cierre de sus líneas de producción de cámaras no digitales, salvando una mínima cantidad de F5 para los profesionales que los demandaran y Kodak anuncio el cese de producción de varios tipos de papel color.
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